En una creciente ola de descontento público, usuarios del transporte en el Baix Llobregat han expresado su indignación y decepción ante la falla continua de las rampas de acceso para personas con movilidad reducida en los autobuses de la línea L72. Un reciente incidente, documentado y compartido por un usuario a través de las redes sociales, destaca el mal funcionamiento de estas rampas, esencial para el acceso de pasajeros en silla de ruedas.
El testimonio gráfico, que muestra la rampa inoperante, se ha viralizado, llamando la atención sobre la falta de responsabilidad y ética de la empresa operadora, la cual, a pesar de conocer estas deficiencias, continúa operando el servicio sin las debidas correcciones. Esto no solo viola las normativas de seguridad sino que también afecta la dignidad y autonomía de las personas discapacitadas, limitando gravemente su libertad de movimiento.
@busbaixll sacar un autobús sabiendo que le falla la rampa es inaceptable y la AMB debería sancionarlos, vergüenza, asco, tristeza… cualquier adjetivo se queda corto con esta empresa #verguenza #peligro #bus #baixllobregat #transportepublico #AMB
Las voces de los afectados se han alzado pidiendo que la Autoritat Metropolitana de Barcelona (AMB) tome medidas e imponga sanciones a la empresa responsable. Calificativos como “vergüenza“, “asco” y “tristeza” no han sido suficientes para describir la frustración y la baja moral que este tipo de negligencias suscita entre los ciudadanos que dependen de estos servicios para su movilidad diaria.
La respuesta social ha sido amplificada por el uso de etiquetas en redes sociales como #verguenza, #peligro y #transportepublico, lo que ha generado un debate más amplio sobre la calidad y accesibilidad del transporte público en la región.
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